Asma bronquial y alergias, tratamiento homeopático

Me recibí de médico en el año 1982, mis últimos años en la facultad los realizaba solo con la idea de ser homeópata, ciencia que había conocido en 1979 como paciente y porque mi entonces novia me contó que a su hermano lo habían curado del asma con un tratamiento homeopático unicista.

Mi curiosidad juvenil me hizo contactar con la médica que lo estuvo tratando, la cual me regalo los primeros libros del Dr. Samuel Hahnemann, me apasionaron y empece a concurrir de oyente a la escuela de homeopatía y a tomar mis globulitos; para incredulidad de mis compañeros de la facultad, hoy respetados cirujanos, traumatólogos cardiólogos, que ya dejaron de dudar y confundir tratamientos para adelgazar, iriología y afines con lo que nosotros practicamos. Este preámbulo solo es para comentar que un bronquítico crónico como yo, era suprimido con cantidad de inyecciones, vitaminas y corticoides, en poco tiempo mejoro de todo eso y además logró una confianza en sí mismo y un mejor acercamiento a la gente, con ganas de aprender a curar y me incorpore a la residencia de clínica médica del Hospital Vicente López y rotaciones por los servicios de neumonología y endoscopía del Hospital Cetrángolo, durante 4 años y luego abrí mi consultorio.

Mi primer paciente asmática fue en esos años, era una nena de 10 años que padecía de la enfermedad desde bebe, medicada con broncodilatadores (Ventolin) y corticoides. Tomo como síntomas que era una nena muy coqueta, que necesitaba llamar la atención de cualquier forma y especialmente con caprichos y rebeldía, muy desordenada y celosa de sus hermanas, no soportaba que la dejen afuera de los juegos y tenía que ser el centro de todas sus amigas. Otros datos de valor eran que tenía sueños con serpientes, no soportaba las poleras y tenía como presentimientos esto en resumidas palabras porque su consulta duró casi 2 hs. por su gran locuacidad y mi falta de experiencia. Repertoricé esos datos claves y sabía que existía un medicamento que la podía ayudar. Le di unas dosis de Trigonocephalus y tuvo una evolución espectacular en poco tiempo, lo que hizo que mi consultorio de Baradero (Alsina) fuera mucho más concurrido.

Esto paso en 1983. Este año 2001 en una de mis visitas a mis amigos de la zona, la volví a encontrar, me trajo a uno de sus hijos con trastornos de conducta en el jardín de infantes, no saben más que hacer y le apareció un terrible eczema en los pliegues detrás de las rodillas, orejas, cuello y el codo que lo tiene a maltraer; no puede descansar, de noche patea la ropa de cama, se rasca y se hace sangrar. Cuando la interrogo sobre su forma de ser, me dice que no respeta ninguna norma, que se enoja fácilmente, explota y luego se arrepiente. Tiene deseo de cosas grasosas, sediento agregaba sal a las comidas y tenía transpiración de pies maloliente. Mediqué con Depuratum 10 mil, lo volví a ver a los dos meses, había tenido una agravación en su estado general y dermatológico, luego una mejoría completa con una adaptación a sus compañeros del colegio, mejoro su apetito y duermen en la casa todos mas placenteramente. En el transcurso de los próximos meses evaluaremos su evolución dinámica, para ver si se encuentra realmente curado. Si sabemos que no uso más cremas con preparados corticoideos y una mejor relación con sus semejantes; la madre y sus maestras agradecidas.

Por último relataré la historia de Carlos de Quilmes, de 60 años padece de psoriasis desde hace 30 años, hizo tratamientos alopáticos de toda indole, con derivados del petróleo, corticoides, pastillas y hasta curanderos, no encontrando solución alguna. Lo atiendo desde 1992 hasta la fecha que lo veo 2 o 3 veces al año. Se trata de un paciente sumamente nervioso, que le afectan en demasía las injusticias de todo tipo y especialmente las que les hacen a los otros, el tema socioeconómico del país, descarga su ira contra los políticos y se considera una persona de bien, que vive de su trabajo con su mujer y 2 hijas casadas. Tiene unas lesiones generalizadas en todo su cuerpo, que lo inhiben de ir a la pileta del club y hasta la playa porque le da no sé que, mostrar estas cosas, además me cuenta que le afectan las decisiones injustificadas en la empresa que trabaja, lo que lo enferma, le hace subir la presión y le aparecen nuevas lesiones psoriasicas. Tomando todos estos datos, más algunos que aporta la señora telefónicamente, lo fui medicando con Nux Vomica en diferentes potencias 200 mil, 10 mil hasta llegar al millón la que le permitió volver a disfrutar del mar en Necochea junto a su mujer y su familia.
En futuras visitas cuenta que ya no se hace tanta malasangre con el trabajo, aunque sigue cumpliendo con dignidad y eficiencia sus tareas.
Su psoriasis muy bien cada tanto un pequeño brotecito que lo hace reflexionar con que sé esta impacientando y toma alguna dosis de reserva que siempre le dejo para estas épocas, tan injustas que estamos viviendo.

Solo me resta por decirles a aquellos pacientes que están en tratamiento, que le den tiempo a su médico homeópata que entienda y comprenda en plenitud que es lo digno de curar en cada caso en particular y aquellos que aún no se dieron la oportunidad, que busquen algún profesional serio, no por eso amargado, para ponerse en sus manos.

Agradezco, la oportunidad de este nuevo contacto con los lectores del homeopático para devolver los saludos recibidos y decirles que vamos a seguir estudiando y formando nuevos homeópatas para el alto fin de poder curarlos.

Dr. Gerardo Morriello
Prof. Titular del Centro Argentino de Homeopatía Hanhemanniana